Con sus 9.800 paneles triangulares y mil paneles rectangulares, sus arquitectos – Ashton Raggatt McDougall (ARM) y Cameron Chisholm Nicol (CCN) – dan la impresión de haber empleado la retórica del puzzle para describir la estética interna y externa del edificio. Sin embargo, esta interpretación es bastante superficial, basada más en las impresiones posteriores que en las ideas originales de los arquitectos. La idea del puzzle se puede ampliar hasta la misma esencia del edificio. El edificio es tremendamente complejo, ya que contiene una flexible sede de conciertos y estadio para acontecimientos deportivos con capacidad para 15.000 personas, en el que los autobuses pueden entrar directamente hasta el terreno de juego, y que cuenta con cinco salas multifuncionales, un aparcamiento con 686 plazas en el sótano, un techo retráctil de 56 por 35 metros que se abre en tan solo siete minutos 36 suites corporativas y media docena de tiendas de comidas y bebidas. Las canchas de baloncesto entrelazadas se deslizan sobre las pistas de tenis. Es fácil deducir por qué un puzzle era el motivo idóneo para su expresión externa. Su enorme multifuncionalidad convierte a Perth Arena en un impresionante puzzle en 3D gigante hecho pieza de arquitectura.
El complejo se basa en “Eternity”, un puzzle que vio la luz en 1999. Como se pensaba que era prácticamente irresoluble, su fabricante ofreció un premio de un millón de libras a quien lograse resolverlo en un plazo de cuatro años. Como era de esperar, se convirtió en una moda global y se resolvió aproximadamente un año después de su lanzamiento. Para cuando apareció Eternity Puzzle II en 2007, ya habían dado comienzo las obras preliminares de construcción de Perth Arena. Situado en el centro de la ciudad, el nuevo estadio de 28.000 metros cuadrados sustituye a Perth Entertainment Centre como la primera fase de un proyecto de renovación urbana de 13,5 hectáreas que enlaza el distrito financiero central de Perth directamente con Northbridge soterrando la línea de ferrocarril de Fremantle. El edificio se inauguró en noviembre pasado y su coste fue de 548,7 millones de dólares australianos (aproximadamente 355 millones de euro’s) y se ha convertido en la sede del equipo de baloncesto de Perth, los Wildcats, y del torneo de tenis internacional, la Hopman Cup.