Urbo Business Center

Un principio clave que informaba el proyecto general era la eficiencia espacial, ya que el edificio tenía que atender a un pliego de condiciones de espacio de oficinas que permitiera una disposición dimensional flexible para ocupantes individuales y, al mismo tiempo, pudiera transformarse y adaptarse en espacio para ocupantes múltiples.

El equipo esperaba evitar la complicación de diseñar y construir elementos especiales o personalizados, y al mismo tiempo lograr una arquitectura con un efecto visual único. Para ello, había que tener en cuenta tanto los elementos estructurales como los de revestimiento. Capa, el fabricante de acero Bysteel FS y Reynaers Aluminium trabajaron en estrecha colaboración para producir soluciones utilizando las más recientes directrices y prácticas de sostenibilidad para informar las fases de diseño y construcción.

El edificio está rodeado de aceras más anchas en el norte y el sur del edificio, destacando una doble entrada en las fachadas opuestas. Las dos entradas se encuentran en un vestíbulo de 24 m de ancho que forma el núcleo del edificio. El vestíbulo está vacío, pero cumple la función crítica de establecer la distribución del edificio, albergando dos núcleos de acceso vertical, escaleras, ascensores y un gran tragaluz que da acceso al exterior. Esta dimensión espacial y la transparencia del vestíbulo producen relaciones visuales entre las distintas plantas, espacios de trabajo y áreas de circulación, reforzando el concepto de cercanía y colaboración entre los usuarios y los ocupantes. Los dos núcleos de acceso funcionan como centros neurálgicos del edificio, que conducen a las plantas superiores.

El elemento central del edificio es una estructura de muro cortina de aluminio Reynaers (muro cortina CW 50 con puertas de CS59 Pa-CD) integrada con una malla de elementos verticales y horizontales de acero compuesto que sirve para ocultar tanto la estructura de acero interior como un sistema integrado de recogida de aguas pluviales, pero sobre todo para proporcionar una elegante "piel visual" al edificio.

El efecto final es un llamativo, casi rítmico arreglo de elementos en varias alineaciones. Creando una simbiosis entre el diseño audaz y las consideraciones prácticas, el Centro de Negocios de Urbo muestra con éxito que un edificio puede ser visualmente llamativo, así como funcional y sensible a las necesidades cambiantes de los ocupantes.